miércoles, 15 de julio de 2009

1400 del águila menos: Ice Age 3 y por qué cinemex 3D no vale medio kilo de víbora sin hueso

Hasta hace no más de medio año habían realmente poquísimas salas de cine habilitadas para proyecciones 3D en la Ciudad de México. Igual soy un puto inculto total ignorante el respecto, pero casi estoy seguro que se contaban con los dedos.


A mí el cine en 3D no me sorprende en lo más mínimo, no al menos después de conocer la Ixtli, salita de 45 personas que, quien haya estado ahí no me dejará mentir, es probablemente la más avanzada en Latinoamérica y única en el mundo en una universidad pública. Nop. El cine 3D, así como nos lo quieren enjaretar –y vender-, no es un concepto nuevo ni vanguardista, nomás acuérdense de los ya legendarios lentes de cartón y celofán bicolor ochententeros, y mucho menos es impresionante. Llamémosle entonces por el nombre que se merece: apantallapendejos.


Volviendo un poco al tópico del inicio, lo que sí me sorprende, y mucho, es que las cadenas mexicanas, históricamente mezquinas como chingado judío quebrado, hayan decidido instalar el sistema de proyección (lentes incluidos) en tercera dimensión en más o menos una de cada diez salas del DF. Obvia decir que el cambio no fue gratis, pero eso viene después.


* * *


El sábado pasado fui, por fin, a ver la era de hielo 3 en 3D y todo se abrevia en una simple frasesita: oh pinche decepción.


A mí me gustó la primera parte. Igual la animación no era lo más avanzado, y los monitos se veían más bien cuadrados, pero a su favor tenía una historia realmente fascinante y, aunque fantástica, más o menos tragable, un guión sencillo pero bien estructurado basado en una, en ese entonces, rara mezcla de drama-comedia, además de una banda de animales con un noséqué que hacía que te perdieras en la pantalla por ochenta minutos.


La segunda parte se quedó muy, muy por debajo. Algo se perdió en el camino, algo no me terminó de cuajar pero, aún así, no era del todo mala.


Y llegó la tercera. ¿De qué va la cosa?


Manny y Ellie están a punto de tener a su primer mamutsito-elefantito-loquesea; Diego, quien cree que se está ablandando, está a punto de rumbarle sólo a la verga para recuperar su esencia de depredador luego de no poder topar una gacela, mientras que Cid, la chingadera que nunca he sabido qué es (¿perezoso?) y no tengo ganas de averiguar, se siente sólo y decide formar su propia familia con tres tanates de dinosaurio encontrados por accidente…


A partir de ahí la manada visitará una tierra pérdida a lo Connan Doyle, en donde se encontrarán con, ajá, dinosaurios, y con Buck, una comadreja tuerta obsesionada con un cabroncísimo dinosaurio gigante.


Y es que con esto, la premisa de los dinosaurios y la tierra perdida, la trilogía termina por perder toda su gracia; mientras las entregas anteriores guardaban un equilibrio entre lo mamón y fantástico de una película para niños con lo mínimamente verosímil de cualquier cinta decente, la tercera parte simplemente terminó por desbarrar con una porquería abortada a media borrachera que sólo sirvió como relleno para completar una saga y un negocio más que seguro que ya había recaudado unos 650 millones de dólares.


El resultado, era de esperarse, es totalmente nefasto. Tenemos así una historia sin ton ni son, una manada que termina dando hueva casi desde un inicio (cuesta decirlo, pero hasta la voz de Sergio Sendel termina por extrañarse), varios chistes sin sentido y fuera de lugar, un desarrollo leeeeento que sólo hasta más de la mitad agarra ritmo y sobre todo, pobre de quien espere algo más, una ardilla Scrat (con bellota y Scratte incluidas) que perdió el toqué y chiste en sus pericias.


En alguna reseña leí algo que será muy común de ahora en adelante: no se la pierda en 3D. El problema es que la era de hielo 3 depende casi totalmente de esto para funcionar. La mayoría de las escenas presentan primeros planos y perspectivas que así lo demuestran. Otro punto menos a su favor.


No dudo que como película para niños y familiar valga la pena, lo que es más, cualquier chamaco la disfrutará encantado, de otra forma ni siquiera consideren pagar por verla ni quemar noventa minutos. Si encuentran Up! en cartelera todavía y no la han visto aprovechen, no se van a arrepentir. Si no, mejor chíngensela de acá.


En resumen:


Lo bueno. Buck, la comadreja. Termina robándose la película, puto el que diga que no. El doblaje es bastante bueno pero, repito, sin puterías y sin representar un mancrush poco lógico, se extraña la voz de Sergio Sendel.


Lo malo. Sobre todo, el hecho que deba verse en 3D para ser visualmente atractiva.


Lo peor. El chiste de Cid ordeñando al bisonte. Nunca he entendido cuál es el fin de mezclar películas para niños con humor para adultos, ¿o será que previeron a tanto papá adormilado desde un principio? pillines.


* * *


En un cine, al menos en este país bananero, el negocio no se encuentra en los boletos, sino en todas las porquerías necesarias para disfrutar la película. Yo comprendo que se vendan palomitas a precio de filete mignón (o como chingados se escriba) o Icee como si fueran cubas de Luis XIII, y conste que los jodidos como yo optamos, salvo el Icee, por el contrabando en vez de la visita a la dulcería (aunque todavía quiero probar la idea de Eric de meter el sixpack de indio y un bonche de limones para aprovechar más), pero, ¿por qué los piches lentes en 3D?


Las entradas al cine en México, en términos relativos al salario mínimo, son probablemente las más caras del mundo. La piratería ha florecido por esta razón, y porque la gente nomás no le entra a Taringa o al P2P, no hay que buscarle más.


La inversión necesaria para montar una sala en 3D existe, eso es un hecho. En EU las distribuidoras asumen una parte del financiamiento a sabiendas que recuperarán su dinero más temprano que tarde, no hay nada extraordinario en eso.


Fox, la distribuidora de la era de hielo 3, decidió no tomar el costó de lo lentes en 3D y mucha gente lo consideró un escándalo, pero sólo en EU. En México estamos acostumbrados a chiclanadas así, nadie se quejó ni con un pío.


Muchas veces me parece excesivo el costo del cine, pero pagar casi ochenta varos por una película en 3D es una vil mentada de madre. Revisando boletos más detenidamente me doy cuenta de algo: los lentes ni son prestados, ni son gratis, cuesta diez pesotes la renta y los tienes que regresar al final de la función. Ahora bien, si el servicio fuera bueno, no habría problema, pero este es pésimo. De inicio, los lentes apenas son limpiados: olvídense que los ojos son un puto caldo de cultivo bacterial o del niño curioso (casi todos) que los llena de mocos; su vida útil caducó y se siguen utilizando como si nada, al menos los míos estaban manchados y rayados. ¿Ergonomía? Ni lo intenten, son unitalla y son muy, muy incómodos.


Es realmente indignante el letrero a la entrada de la sala porque ¿quién en su sano juicio pagaría $700 por una cochinada como esta?. Yo no, por eso los dos pares que me dieron jamás volverán a ser utilizados ahí, ji.


Quizá lo mejor será comprarlos en ebay a menos de dos dólares la pieza (tomando en cuenta esto, no sería aventurado pensar que el costo real neto para Cinemex es, efectivamente diez pesos), y será interesante el negarse a pagar extra la próxima vez.

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

sabra que película fuiste a ver xq la era de hielo 3 estaba muy bien y entretenia un buen.

ya no escribas tanta groseria

Chida tu page :)

15 de julio de 2009, 13:23  
Blogger Mauricio H ha dicho...

pinche vulgar, jajaja ta chida, pero de todas formas la iré a ver, no será mas bien que eres muy exigente inche oscar?

16 de julio de 2009, 0:40  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Vaya, que milagro que escribes, aunque si es cierto, eres un vulgar.

Sigue asi.

20 de julio de 2009, 23:31  

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